GRATEFUL CAT: entre la melancolía pop y el humor existencial en su nuevo álbum Ready to Go Anywhere
¿A dónde vamos cuando nuestro mundo desaparece? Esa es la pregunta que GRATEFUL CAT —el dúo formado por Gwendolin Tägert y Franky Fuzz— plantea en su nuevo disco, Ready to Go Anywhere. Un álbum encantador que invita a navegar el caos del presente con humor, ironía y una cálida complicidad sonora.
A lo largo de doce canciones, el grupo transforma las tensiones cotidianas en brillantes joyas de indie-folk-pop, donde las absurdidades del día a día se cruzan con la crítica social, la nostalgia y las ansiedades del fin del mundo. En su universo conviven repartidores kamikaze, despedidas de soltera en Penny Lane, multitudes que avanzan con desesperante lentitud y, finalmente, el enemigo definitivo de la productividad: el gato dormido en tu regazo.
Pero más allá del humor, Ready to Go Anywhere también mira hacia el crepúsculo digital y la lenta erosión de la democracia, preguntándose cómo seguimos adelante ante tanto desconcierto. La respuesta de GRATEFUL CAT es tan sencilla como luminosa: “Don’t spread the hate”. Una invitación a mantener la ternura, la ironía y el sentido de comunidad incluso cuando el mundo se tambalea.
Musicalmente, el dúo combina folk de los 60, pop de los 90, country y bossa nova, con una sensibilidad melódica que recuerda tanto a Brian Wilson como a The Byrds, e incluso a la dulzura despreocupada de Kim Deal y Jonathan Richman. Las armonías vocales entre Gwendolin y Franky son el corazón del proyecto: íntimas, juguetonas y llenas de calidez.
Grabado de forma artesanal en una vieja cocina en Kreuzberg, el álbum conserva ese espíritu DIY y cercano que ya definía su debut, Stray With Me. Entre guitarras brillantes y melodías soleadas, GRATEFUL CAT nos regalan un diario pop del presente, un retrato de estos tiempos inciertos donde el humor, la empatía y la belleza siguen siendo formas de resistencia.
Como su propio título —inspirado en Tambourine Man de Bob Dylan— sugiere, GRATEFUL CAT están listos para ir a cualquier parte. Y con este álbum de fin de verano, tan dorado como un atardecer de Beach Boys, nos invitan a acompañarles en el viaje.

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