Nadadora regresan por todo lo alto con Mañana y siempre, un mini-LP que confirma su vigencia en pleno 2025
La escena independiente española recibe una de sus noticias más felices del año: Nadadora, la recordada banda gallega que dejó una huella indeleble en los primeros 2000 y que convirtió el dream-pop ensoñador en su seña de identidad, está de vuelta. Tras más de una década de silencio, el grupo regresa con Mañana y siempre, un mini-LP que demuestra que su talento, lejos de haberse debilitado, brilla ahora con más fuerza que nunca.
Viejos conocidos del festival Contempopránea, donde actuaron en varias ediciones, Nadadora se ganaron una pequeña pero devota legión de seguidores en una época en la que el independentismo musical vivía condiciones muy distintas a las de hoy. Su apuesta por un pop atmosférico, melancólico y de acentos sintéticos los situó siempre un paso al margen del circuito mayoritario. La precariedad del momento terminó empujándolos a un parón indefinido que se ha prolongado hasta este sorprendente y celebrado retorno.
El timing no podría ser mejor. El dream-pop —aquel estilo que ellos ya defendían hace veinte años— vive ahora una nueva edad de oro a nivel internacional. Y aquí Nadadora demuestran que “el que tuvo, retuvo”: Mañana y siempre es un trabajo breve, sí, pero absolutamente inspirado, lleno de melodías vaporosas y una estética emocional que encaja plenamente con el espíritu contemporáneo.
Abriendo con una evocadora “1997”, el disco mira hacia atrás sin nostalgia complaciente. Las guitarras, más potentes de lo habitual, y una sección rítmica firme construyen un himno que juega con la memoria sin perder su pulso actual. Esa energía continúa —aún más acelerada— en “Bailaremos”, un golpe certero entre el indie-pop y el shoegaze que funciona como uno de los grandes hits del disco. La excelente “Aparecer” completa esta primera mitad más luminosa y directa.
La segunda parte del mini-LP revela la cara más reposada e introspectiva del grupo. Aquí Nadadora expanden sus paisajes sonoros con guitarras cristalinas, capas de atmósferas y un pulso emocional más contemplativo. La conmovedora “Valiente” estalla en un tramo final especialmente intenso, mientras que “Anillo” se toma su tiempo para elevarse hasta un clímax épico donde los teclados adquieren un protagonismo fundamental. El cierre llega con “Flores”, un prodigio de electrónica envolvente que deja al oyente flotando, envuelto en una belleza casi hipnótica.
Mañana y siempre llega además acompañado de un cuidado diseño de portada doble, un trabajo de gran detalle firmado junto a Ernie Records, que redondea el regreso del grupo con una presentación a la altura de su sonido.
Mañana y siempre no es solo el regreso de una banda querida: es la confirmación de que Nadadora siguen siendo absolutamente relevantes en 2025. Con solo seis canciones, han entregado una obra que respira coherencia, sensibilidad y un dominio magistral del pop atmosférico.
Una vuelta inesperada… pero de las que se celebran durante mucho tiempo.
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